La actuación permitió dotar al paseo de una sección que permite la integración de diferentes usuarios priorizando las zonas peatonales frente a los vehículos motorizados, creando un carril bici diferenciado de la calzada de vehículos y de las zonas de peatones.

El proyecto buscaba proyectar el frente marítimo como nuevo foco de atracción para los ciudadanos aprovechando la reciente implantación de la pasarela que conectaba agilmente a los peatones con el centro de la ciudad.

Se crearon dos carriles de circulación para vehículos motorizados, un carri-bici y una acera peatona junto al mar, con zonas de sombra para el descanso, un nuevo cerramiento con las vías del ferrocarril así como el encaje con los accesos a la nueva pasarela tanto en la zona de rampa peatonal como de los ascensores.

Para la ejecución se tuvo que desplazar y reforzar el muro de escollera de la playa creando unos nuevos accesos para acceder a la arena desde el paseo.

Se dotó al paseo también de la iluminación necesaria así como de servicios de agua potable, red de riego y contraincendios ademas de una nueva jardineria y mobiliario urbano.

Finalmente se creo un pequeño mirador que le da un encanto especial al paseo, siendo un reflejo a pequeña escala del situado al final de la Rambla Nova.